Tal vez un himno IV
Qué poder el de tu pie tan pequeño y vulnerable. Respiro profundo para que
mis venas se inflen con tu fuerza y puedas nadar en ellas hasta mi corazón.
Cuántas mujeres serás antes de abandonar la casa; cuántos mares dejaré
prendidos en la puerta, no para que vuelvas, sino para que sepas que te
espero; cuántos espejos tendrás que ver antes de verte con mis ojos, hija mía y
de nadie, transparencia.