Tal vez un himno XII
Si te dicen que nos parecemos, sabrás que mienten, Lucía. Eres hija sólo del
amor y de tu madre. Tu gestación es superior a mi destino: un cristal de aire
fuiste que aprendió a cantar para ser nube, una lluvia remontando cielos, una
lágrima que no se deja seducir por la banalidad del llanto y prefiere contener al
dolor en la cárcel abierta de los ojos.
Si te dicen que fui bueno, sabrás que mienten. Mi definición moral es “siempre”,
aunque el poeta se rompa por lo más delgado.
Si dicen que te amé, Lucía, sabrás que mienten. El amor dicho por terceros no
sirve, no es amor. No hay amor verdadero, sólo el ruido triste de un cuerpo
cuando se acopla a otro. El silencio se hilvana en el poema.