Y seguimos pidiendo la palabra: MI PROPIA RUTINA... (19-Jul-14)
Llevaba casi dos años viviendo solo, tiene sus ventajas. Uno se crea su propia rutina; me gustaba llegar de trabajar y calzarme esas viejas pantuflas que me dio mi madre, prender la chimenea, poner un disco de jazz y tomar la palabra escrita entre mis manos.
Ella nunca lo soportó. Quería que al llegar de trabajar le diera una descripción milimétrica del día, como si tener que soportarlo no fuese suficiente y como para todavía tener que recordarlo durante la cena. Un día te encuentras una nota sobre la mesa que dice que está harta de la rutina y de ti. En fin...
Era sábado cuando la escuché por primera vez. Había prendido la chimenea, colocado un disco de Wes Montgomery y me disponía a realizar mi tradicional ritual. Sonaban las notas nerviosas de la guitarra de Wes cuando la escuché ¿Hola?...
Del susto salté despavorido del sillón al suelo. En un principio no reparé en ello, pensé sería resultado del éxtasis intelectual en el que me encontraba inmerso. Pero se escuchó de nuevo, ¿Hola?...
Una extraña voz que se dirigía a mí sin ninguna razón aparente, pero ¿Qué es? ¿Quién es? ¿Qué quiere?
¿Un ladrón? ¿Quiere dinero? ¿Quiere mi cuerpo?
¿Y si me quiere a mí?...
Aquella noche no paré de buscar en todos los rincones de mi casa.
Cualquier persona normal hubiese llamado a un exorcista, o tal vez a la policía, pero yo no. Me es habitual llegar a casa y que me reciba con un ¡hola!, que me desee buen día y que me recuerde cosas que normalmente olvido, como lavarme los dientes. Nunca me ha respondido, no, ella no está ahí para responder, está para decir cosas que a nadie le interesan.
¿Qué si estoy loco?, No lo sé...Más bien creo que, me estoy enamorando. Ahora si me permiten déjenme seguir esta conversación ¿Hola?... ¿Hola?..