Y seguimos pidiendo la palabra: DE LO COTIDIANO (19-Jul-14)
En la taza, se me ahoga el café de esta mañana.
No le extiendo una cuchara,
no lo miro.
Se endulza, pensativo,
con mi silencio.
Cómo le hago para brincar este cerco de palabras,
y al pasar la hoja, desnudarte;
y ya sin metáforas que estorben,
cómo detengo a los versos en su sitio,
los sustantivos, los verbos, los gerundios.
Si la rima choca a la mitad de la estrofa, como un pájaro sin cielo,
sin un semáforo crepúsculo,
o un motel de árboles
para hacerte el amor.
Sobre el tallo del día
sigue mi voz abierta, deshojada, temblando;
se adentra en el aire
y en la médula del vuelo
se sostiene, inmóvil cometa, de tu mirada.
Las nubes de tu boca, lo confirman:
lo único imposible es no volar.