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Entre nereidas y arlequines

Escrito por Editor D.C. en Sábado, 21 Noviembre 2015. Publicado en Eventos culturales, Eventos Especiales

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Entre nereidas y arlequines es una muestra pictórica de Alberto Padilla, excelente artista visual quien expone su obra en el municipio de Los Cabos.
De noviembre a diciembre en French Riviera, Bistro & Bakery, Hidalgo y Doblado, Centro, en San José del Cabo B.C.S. podrás asistir a la exhibición de la gran obra de dicho artista, la cual Marcos de Jesús Roldán describe de la siguiente manera:

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A espaldas del Palacio, en la esquina de Manuel Doblado y Miguel Hidalgo en el centro de San José del Cabo, los muros del bistro se convierten en un mundo fantástico donde el espectador se mueve "entre nereidas y arlequines".
Figuras en movimiento, congeladas, atrapadas en la imaginación del maestro Alberto Padilla quien traza y delinea la energía y belleza de una "medusa" surcando el mar geométrico delimitado columnas, remates y cielos.

"Surcando los elementos", el arlequín con "el cono amarillo"sobre su cabeza se suspende, se queda quietecito, sin respirar, "equilibrando" ambos lados de su simetría sobre la esfera roja que lo separa del suelo.

"En la otra diensión", la acuosa, sirenas varias exhiben pudorosas sus riquezas, sus joyas, su figura pisciforme y humana que se vuelve para nosotros ilusión y angustia. O será la misma que juguetona la vemos "emergiendo", presumiendo su "tesoro de sirena": sus conchas, las perlas, la cabellera rojiza y abundante, hirsuta como maleza acuática.

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En esta muestra, en este universo de colores tenues y antiguos, Padilla plasma la dualidad de dos seres tan opuestos como similares: El arlequín, real, y la sirena, un sueño, una leyenda; él terrestre, ella acuática; él juguetón, ella también; él siempre debe estar alegre y dispuesto, ella caprichosa, voluntariosa y pérfida.

"Después de la presentación, el polichinela se queda quieto, triste – quizá sea este el único momento que se lo permite. Se acabó la función, no hay a quien agradar ni impresionar. La pértiga está en el suelo, ya no es necesaria para salvar su dignidad. Mientras que allá, al otro lado del salón, la "sirena de perlas, emergiendo" altiva nos hace un guiño y vuelve la espalda, nos mira de reojo por última vez, antes de hundir su cauda en el mar de cal que contiene tanta emoción y belleza.

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