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¿CREEN QUE SOMOS PENDEJOS, O QUÉ?

Escrito por Alejandro Daniel Álvarez Arellano en Lunes, 27 Octubre 2014. Publicado en Anécdota, Opinión, Política, Sociedad

Los amigos verdaderos reunidos los viernes en medio de una fraternal atmósfera etílica tienen de repente eventos neuróticos de difícil manejo. Eso pasó el último viernes, desatado el evento por una de esas preguntas que se deslizan como no queriendo la cosa. Del que creíamos más sereno y juicioso salió el lépero escopetazo: “Matan a seis, desaparecen a cuarenta y tres, pasan tres semanas y no saben de los rastros ni de los asesinos, ni de los desaparecidos. ¿Esta punta de sinvergüenzas que nos gobiernan cree que somos pendejos, o qué?

Como siempre sucede ante estos certeros cubetazos de agua fría, se oyó un coro de rumores solidarios y movimientos de cabeza afirmativos. El primero en hablar una vez repuesto del mandarriazo lanzó una segunda cuchillada: “Nuestro gober risueño ya dijo que está muy preocupado no sólo por lo que pasa allá en el sur convulsionado del país sino sobre todo por la cadena de ejecuciones de ciudadanos aquí en el estado cuyo número oficial se acerca a las tres decenas pero que extraoficialmente pueden ser fácilmente el doble, así que sólo en números de muertes no andamos muy lejos de Iguala. Lo que no encaja en esta preocupación estatal y federal es que no existan bases sólidas para saber si las investigaciones de los hechos consumados tienen algún avance y si se han tomado medidas para evitar que se sigan cometiendo estos delitos. A manera de consuelo ha declarado el gober risueño que son sólo ‘acomodos entre organizaciones criminales’, sin embargo ni a los difuntos y ni a los ejecutores, que son desconocidos, se les tienen pruebas de su supuesta carrera delincuencial. Lógicamente es iluso exigir que expliquen los móviles de los homicidios y mucho menos que se señalen a los posibles autores intelectuales. Coincido con el compañero que desató los demonios. Alguien nos está tratando de ver la cara de estúpidos”.

“Queridos amigos”, se oyó desde el rincón de la mesa, “debo confesar que no soy de los que estén de acuerdo en el proceder de los estudiantes normalistas ni de los profesores guerrerenses cuando salen a la calle a manifestar sus reclamos. No creo que bloqueando autopistas, incendiando edificios o pintarrajeando las ciudades sean las formas de cambiar las cosas u obtener respuesta a sus demandas, pero una cosa es ésa y otra que los levanten, secuestren y vayan ustedes a saber que maltratos les hayan hecho o les estén haciendo. Si todo el poder y recursos con que cuentan los gobiernos federal, estatal y municipal no han servido para encontrar a más de cuarenta ciudadanos secuestrados en un mismo día y lugar pese a que supuestamente ya apresaron a los meros cabecillas del grupo de malandros que hizo el rapto, creo que sí, efectivamente ya nos vieron la cara de tarugos”.

“La cosa no para ahí”, terció una voz que parecía quebrarse, “todos los políticos, sin distingo de color ni lugar en la geometría, de izquierda a derecha, tratan de sacar raja en medio de la desgracia para chingarse a sus rivales y dejarlos noqueados para las elecciones del próximo año. Yo supondría que por puro acto humanitario se hubieran unido para hacer un único reclamo y acto sensato en estas condiciones: buscar y encontrar a los desaparecidos. Pero no, hasta entre los propios miembros del partido en el gobierno guerrerense se lanzan culpas y supuestamente se dignifican revelando a destiempo que ‘siempre dudaron de la honestidad del edil hoy prófugo’. Mientras tanto se tomaron fotos con él siempre risueños y abrazados. Algo me dice que no vamos en el camino adecuado, algo huele muy mal si le sumamos, las condiciones de Tamaulipas, Morelos, Michoacán y Estado de México, por mencionar sólo a lo más crítico ¿o será que estamos en el proceso de aclimatación para una rutina de la violencia en la que ya no nos conmueva nada?”.

Las majaderías e improperios no pararon hasta entrada la noche, cuando el primero que abrió la puerta de la rebelión concluyó antes de levantarse: “pues no se ustedes, pero ya me está cansando este teatrito de personajes que dicen preocuparse, indignarse y apenarse, pero que a la hora de la verdad lo que deberían hacer es renunciar si no pueden con el paquete”.

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