Diálogos en pareja: tener hijos
En pláticas anteriores comentamos la gran importancia que tiene una buena comunicación todo momento, sobre todo en los momentos más difíciles de una relación. Por ello, en ésta ocasión entraremos a un terreno un poco escabroso para toda relación: tener bebés.
Muchas personas, en especial durante su adolescencia y alguno que otro afortunado también durante su joven adultez, se pasan gran parte de su vida evitando éste tema y todo gracias a un profundo sentimiento que emerge desde lo más profundo del ser, el miedo. Un sentimiento justificado por la enorme responsabilidad que trae consigo ese diminuto ser (En éste momento es necesario recordar las típicas frases que suelen decir “Yo nunca…” “A mí no…” mientras los mayores suelen afirmar el tradicional “Ya te quiero ver…”).
En primer lugar, antes de adentrarnos a una discusión de esto con sus respectivas parejas deberán preguntarse si están preparados para un evento de esa magnitud pues la llegada de un bebé cambia el mundo en 180° y más si se trata de las mujeres (Lo siento caballeros a ellas les toca el trabajo “pesado” mientras que a nosotros nos tocará lidiar con ellas y sus deseos o antojos).
Existen personas que no se sienten preparadas o simplemente no está en sus planes inmediatos la llegada de la cigüeña, es por eso que toman las medidas de prevención necesarias para evitarlo. Por otro lado, hay muchos jóvenes que sienten muy alejada esa posibilidad, como si fueran invencibles o tuvieran la mejor de las suertes, a ellos les pedimos que ¡No se hagan vaquetones! En estos tiempos con tantos métodos anticonceptivos, pláticas e información es de personas poco responsables no protegerse. Incluso en algunos lugares éstan de manera gratuita como en los centros de atención.
Ahora bien, para tocar éste tema con tu pareja debes crear un ambiente de tranquilidad y seriedad absoluta (Mujeres las indirectas y preguntas de sondeo pueden terminar cansando a la pareja y resultar contradictorias a su propósito original, por eso ¡No lo hagan!). Una vez que se encuentran relajados comienza con tus sueños personales o planes a futuro con respecto al tener hijos, evita centralizar la plática en ti mismo(a) invítalo(a) a comentar sus ideas sobre el tema.
Es muy importante entender que ésta gran decisión es de ambos y si en algún momento uno de los dos no está de acuerdo con el hecho, deberán conversar los pro y contras de llevar a cabo tal decisión, opiniones y expectativas. Tener más información sobre los sentimientos de tu pareja te ayudarán a entender su postura (Pero con medida, no queremos que tu pareja se sienta obligada o forzada).
Si consideras que las platicas con tu pareja no están dando frutos, quizá sea necesario un punto de vista externo a la relación, te ayudará a comprender la trascendencia de ésta situación, por ello te invitamos a informarte sobre el tema o conversarlo con las personas que ya cuenten con una experiencia al respecto, alguna amistad que sea especialista o con quién te dé más confianza. Pero si llegas a considerar la opción de algun familiar, es posible que tengas que responder algunas preguntas como ¿Estás embarazada? ¿Para cuándo la boda? etc.
Por otro lado deberán pensar en la situación actual de la relación ¿Son una pareja estable? ¿Tienen un ingreso adecuado para solventar las necesidades básicas? ¿Cuentan con el apoyo familiar? Es indispensable pensar en todo esto antes de plantearse la idea de encargar, claro que todo esto no es determinante pues ¿A cuántos no conocen que tienen hijos sin cumplir con lo más básico y sin embargo les va bien?
Lo más importante es que hablen de forma directa y busquen la manera de hacerlo funcionar, en especial en esas situaciones dónde uno si quiere y el otro no, pues de no llegar a un acuerdo podrían estar frustrando el sueño/deseo del prójimo y con ello su felicidad. Recuerda que aunque están juntos la felicidad individual está por encima.
Material adicional:
Amigas sudcalifornias
En esta ocasión me gustaría hablarles directamente a ustedes pues existe algo conocido como “el llamado de la naturaleza” un mito que no creía que fuera real hasta que lo viví en carne propia.
Llega de manera inesperada, y trastorna tu vida como no tienes una idea pues cada día que pasa crece en ti un terrible deseo de llevar a un hijo en el vientre, algunas estoicas y valerosas mujeres resisten a ésta sensación ocupándose con múltiples tareas al día o proyectando su necesidad hacia los sobrinos, nunca faltan.
Lo cierto es que de un momento a otro te encuentras mirando a los bebés en el supermercado, haciendo caras a los niños que pasan frente a ti o de pronto te obsesionan las monumentales embarazadas que pasan a tu lado y te preguntas ¿Cuándo será mi momento? Y aunque hace años tu hubieras jurado por tu artista favorito del momento que jamás desearías tener un bebé, te miras escogiendo nombres de niño y niña solo por si acaso.
Se convierte en un estilo de vida altamente influenciado por la sociedad y muchas veces por la misma familia, sin embargo no todo está perdido. Cuando menos te lo esperes, así como surgió, comienzas a tener momentos de racionalidad en los que ves más allá de esa necesidad física o emocional, y comienzas a ver por cosas más trascendentes como la estabilidad con tu pareja, tus sueños sin cumplir y tu crecimiento personal.
Procura disfrutar cada uno de tus momentos y hacerlos únicos, si tu pareja no te apoya al respecto busca la manera de proyectar tus deseos como escribir un diario o cuidar de los hijos de alguien más. Lo más recomendable es realizar actividades que no tengan que ver con eso.