FRACTALES Y CICLOS ORGANIZACIONALES
Es común, para muchos de nosotros, hacer un balance de nuestras actividades cotidianas al cerrar el día. Dependiendo del resultado podremos dormir tranquilos o inquietos y, en ambo casos, estar listos para el nuevo ciclo al despertarnos al día siguiente. Entre el inicio y el cierre de un ciclo cotidiano hay una serie de eventos que habrán de asegurar que nuestros planes hechos al despertar encuentren la satisfacción del logro alcanzado y así poder, en nuestro próximo balance, retirarnos al descanso necesario para la preparación del nuevo ciclo.
El desarrollo humano puede ser evaluado a través de los diferentes ciclos que caracterizan la vida de una persona. No es nueva la idea de las correspondencias que asegura que todos formamos parte de un sistema en el que nuestros engranes están en sintonía con los ciclos de otras personas. Dependiendo de la armónica sincronía es que podremos encontrar relaciones interpersonales exitosas en pareja, familia, grupos de trabajo, equipos directivos y de una organización pública completa. De lo anterior se deduce que un conocimiento de las etapas que componen un ciclo completo podría permitirnos asegurar relaciones interpersonales productivas y resultados exitosos de los grupos de trabajo que interaccionan para el alcance de la eficiencia organizacional en una institución pública.
Estos ciclos, a que he hecho referencia, están compuestos por diferentes etapas que, a su vez, son en sí ciclos completos. Si pudiéramos tomar un ciclo completo correspondiente al desarrollo de un proyecto o reto y visualizarlo en un microscopio, podríamos observar que adentro de él existen muchos otros ciclos; de forma análoga, si pudiéramos realizar una ampliación del ciclo en análisis descubriríamos que éste forma parte, como etapa, de otros ciclos. Lo anterior es semejante, en estructura, a lo que los matemáticos denominan “teoría de fractales” y que, dicho en otras palabras, significa que una imagen esta formada totalmente con copias de la misma imagen y que a su vez esta imagen analizada es simplemente una copia de una imagen idéntica pero mayor.
Para explicar la naturaleza de un ciclo e identificar sus etapas imaginémonos el proceso que realizamos en la construcción del hábito de hacer ejercicio. La primera fase del ciclo es percibir la sensación inicial: notar que estamos incómodos con nuestro desempeño corporal o nuestra salud. La segunda fase es la identificación del reto, al darse cuenta que la respuesta a nuestra necesidad es la realización de algún tipo especial de ejercicio. La fase tercera es la determinación de enfocar y poner energía en la organización de las acciones a realizar, es decir, su planificación. La cuarta fase es la toma de decisiones: elegir y emprender acciones. En esta etapa se toma la decisión de ponerse la ropa apropiada y realizar el tipo de ejercicio seleccionado. La quinta fase es la de contacto o involucramiento con las acciones. Es el sentir la sangre corriendo a mayor velocidad y con mayor presión a través de las venas y sentir el aceleramiento de los latidos del corazón. La siguiente fase, la sexta, es la de la satisfacción, es la sensación que se vive al regresar y sentir el calor en el cuerpo y bañarse en sudor después del ejercicio realizado. La séptima fase es la del retiro o la de reposo y celebración: sentirse en calma, con un balance positivo de haber decidido realizar una acción y haberla cumplido en su totalidad. Esta etapa es la preparación necesaria para el inicio de un nuevo ciclo.
Podemos caracterizar de manera general las etapas que conforman un ciclo completo, apoyándonos para ello en la teoría del aprendizaje de la escuela gestalt. Las etapas son las siguientes:
- sensación o percepción de un nuevo reto
- identificación del reto
- dedicación o determinación
- decisión y elección de acciones
- involucramiento o contacto
- satisfacción
- retiro
Si bien en la práctica no es común la identificación de estas etapas, puede ser de mucha utilidad para quien desea fortalecer las relaciones interpersonales dentro del grupo en el que trabaja. Conocer y precisar estas etapas o fases, ayuda a mejorar el trabajo en equipo y su productividad, pues permite determinar en qué momento y porqué circunstancias se ha generado un bloqueo en una de ellas que puede impedir el flujo natural del ciclo. Si se conoce el proceso se garantiza el buen desempeño del grupo u organización.