Los 15 millones como hace 166 años
Frente a la catastrófica defensa del territorio nacional que hizo Antonio López de Santa Anna frente a la política expansionista de los Estados Unidos a mediados del siglo XIX, la salida negociada con el vecino del norte se tradujo en la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo del 2 de febrero de 1848, recibiendo a cambio 15 millones de dólares, los cuales –según algunas fuentes históricas- nunca llegaron completos a las arcas de la nación.
Como resultado de la invasión norteamericana y el triste papel que jugó el Presidente y “Alteza Serenísima” López de Santa Anna, México perdió Texas, la Alta California, y Nuevo México, es decir, el 55% de su territorio en ese entonces. Una vasta región que hoy se identifica como Arizona, Nevada, Utah, Nuevo México, y parte de colorado, Wyoming, Kansas, y Oklahoma, cuya superficie representa 2’ 100 000 km².
Megalómano incorregible, Santa Anna llegó a expresar: “La línea divisoria entre México y Estados Unidos se fijará junto a la boca de mis cañones”. Lo que no dijo fue que sus cañones quedaron varados en medio de la derrota o fueron arrastrados hasta el sur del Río Bravo.
Después de estos vergonzosos acontecimientos, y entre el derroche, el fausto cortesano, los desorbitados impuestos, las medidas despóticas, la represión generalizada, y el anuncio del Plan de Ayutla (Revolución de Ayutla) proclamado por Florencio Villarreal, Juan Álvarez, e Ignacio Comonfort, en 1854, por fin, y después de haber ocupado la presidencia en 11 ocasiones, Santa Anna abandona el poder ejecutivo en 1855 para seguir soñando con la grandeza de “su obra” en las haciendas El Lencero, y Manga de Clavo, en el estado de Veracruz.
Pero la historia de los 15 millones (ahora de pesos) continúa.
Hoy se sabe que el H. Congreso de la Unión, empezó a maicear a las bancadas de todos los partidos políticos ahí representados, como queda consignado por el Diputado Ricardo Monreal, de Movimiento Ciudadano, al señalar que entre el año 2013 y 2014 se recibieron diversas cantidades en las cuentas de la bancada de su partido, “sin conocer el propósito ni el fin de su destino”, en los siguientes términos: 15 de octubre del 2013/7 millones; 20 de marzo del 2014/5 millones; 30 de julio del 2014/3 millones. En total, 15 millones de pesos.
Expresa el Diputado Monreal, que intentó reintegrar a la Cámara dichos recursos, y su solicitud fue denegada. Entonces optó por reintegrarlos a la Tesorería de la Federación, ya que todo parecía indicar que estos “bonos” correspondían a la insana intención de garantizar el voto unánime de todos los partidos a favor de las reformas estructurales propuestas por Peña Nieto, y en particular, sobre la reforma energética. Si fuera el caso, sería una erogación llana de 105 millones de pesos repartidos entre las 7 fracciones parlamentarias, sin embargo, con un poco de sentido común y pensando mal, habría que reparar en el dato siguiente: Movimiento Ciudadano sólo cuenta con 20 Diputados, mientras que –por ejemplo- el PRI cuenta con 213 Diputados, luego entonces, resulta impensable que al PRI le hayan depositado sólo 15 millones de pesos, y lo más seguro es que el “cañonazo” haya sido más que eso y a nivel de misiles de alto poder, no sólo al PRI sino también al resto de los partidos ahí representados.
Por ello es que la historia de los 15 millones se repite; con Santa Anna fueron dólares, y a 166 años de distancia, estos 15 millones fueron en pesos constantes y sonantes. Con Santa Anna perdimos más de la mitad de nuestro territorio, y con la mayoría de los Diputados y Senadores (¿Cuánto les darían a estos últimos?) perdimos la autonomía energética y la soberanía sobre nuestros recursos naturales.
¿Y quién va a pagar este ofensivo y ominoso derroche que fue a parar a los bolsillos de los venales representantes “populares”? ¡Tú, mexicano! ¡Tú, mexicana!