UNA NUEVA VISIÓN DE LA PINTURA EN BAJA CALIFORNIA SUR: DANIEL OLIMÓN. EL COLOR DEL LENGUAJE
El arte siempre nos reserva sorpresas a quienes pensamos que ya hemos visto todo y que las sorpresas que pueden presentarse son reducidas, por la capacidad que creemos agotada. A través del tiempo el mundo del arte –pintura, grabado, dibujo, diseño, escultura, etc.- ha venido dando saltos con grandes descubrimientos que con el tiempo habrán de convertirse en los modelos del tiempo en que nacieron. Múltiples son los ejemplos, desde la Edad Media hasta los Impresionistas, sin dejar de rememorar las fabulosas creaciones del Renacimiento, tomando como modelo a Miguel Ángel, Leonardo, Boticcelli, por sólo nombrar a tres artistas dentro del enorme mosaico que prohijara este período.
Cuando se habla de una nueva creación, o de una ruptura, el mundo del arte no sabe exactamente lo que puede esperar de ese nuevo producto o de una escisión entre lo existente y lo recién nacido; así podría hablarse de Klee, Mondrian o Picaso, quienes destrozaron la forma del arte para dar una nueva dimensión de lo que significaba volver la mirada hacia otros universos en donde estaba insertándose una creación revolucionaria.
Baja California Sur ha tenido creadores diversos que han incursionado en formas de expresión que mucho tienen de revolucionario, o de lo que pudiera considerarse como un período o autor de transición; nos viene a la mente la creación de Armando Manríquez, quien con una gran simplicidad logró ubicar una pincelada que trascendería con los tiempos hacia un perfeccionamiento de lo onírico, de un universo de búsqueda más allá de los sueños; en otro campo del arte Salvador Rocha mostró en los años 90 una gran capacidad de trabajo a través de la escultura, en donde los materiales se iban conformando hacia el perfeccionamiento de la roca, la madera, el granito, el alabastro, etc., con lo cual iba a fijar una clara intención de lo que estaba buscando más allá de la inmediatez de dichos materiales.
En una nueva forma de expresión aparece el arte de Daniel Olimón. Lo importante en su búsqueda es la creación de un lenguaje pictórico que no ha sido maniqueado a través de ninguna escuela, sino que como expresión natural, la mirada lo obliga a crear un lenguaje, el lenguaje de otra asociación de formas, colores e imágenes que mucho tienen de formas emergentes de otras realidades en donde pareciera que poco se ha incursionado y que demanda una atención especial para un arte de origen natural. Daniel Olimón, de formación propia, autodidacta, ha logrado establecer una comunicación a través de la palabra visual que le ofrecen los materiales pictóricos; de procedencia en donde todo es posible, el artista toma formas, contenidos, signos que más que una expresión de rebeldía, nos mueven a observar la paz que circunda a la obra, a pesar de la energía de grandes pinceladas, mezcladas en colores diversificados con mucha fuerza. Eso permite que la apreciación que nuestros ojos puedan obtener se encuentran en diálogo que un lenguaje y una palabra oculta en el fondo de cada uno de los cuadros. Olimón nos mueve e invita a crear un tipo de reflexión en donde lo poderoso de lo logrado trasciende por la necesidad propia de obtener una respuesta de la mirada que se posa sobre la obra.
Daniel Olimón, exposición pictórica El Color del lenguaje, acompañado de un performance, en la Alianza Francesa de La Paz, 30 de octubre 2014, entrada libre. Coctel.