Adiós
¿Y qué, si el amor no es para mí? ¿Y qué, si me la paso solo?
Elijo la soledad antes que un maldito conformismo, prefiero mil veces estar por mi cuenta a tener menos de lo que merezco, y ¡Demonios, claro que lo merezco!
No me he dado cuenta de cuántos días de mi vida han pasado desde que comencé a buscar la felicidad dentro de otro ser, ¡Qué equivocado estaba!
En ocasiones dejé de hacer lo que amaba por buscar esa compañía, adiós a mi amada lluvia, adiós a mis tardes de lectura, adiós a mis hobbies “raros”; hola amargura.
¿Y qué si vivo lejos del amor? Su dirección se me ha perdido, quizá mientras jugaba fútbol, caminaba por la playa o simplemente se quedó en el bolsillo del pantalón mientras lo lavaba. Lo cierto es que me quedé sin su dirección y no pienso recuperarla.
¿Y qué si soy egoísta? Prefiero mi propia admiración a una admiración pirata. Qué los falsos amantes llenen de imágenes y cursis estados todas nuestras pantallas. Porque aun cuando el mundo intente dictarme cómo debo sentir, seguiré mi propia causa. Hoy me despido del amor, con una sola palabra.
-Amaya-