Caminar
Bajando las pestañas lentamente, alzó la barbilla percibiendo la noche. Su olor, su textura. La luna estaba ahí, no hacía falta abrir los ojos para saberlo. Luna llena de melancolía. Una charla nocturnal sin respuesta. Había sido una noche larga y emotiva. Llorando por momento, riendo por segundos.
La música sonaba suave a través de los audífonos mientras que caminaba sin rumbo. Pensando en la letra de la canción. Las calles perdieron importancia, sabía perfectamente que no se perdería. El tiempo avanzaba aún más rápido que sus pasos. La sensación de conexión con la tierra era increíble. Sentirse viva aún después de todo el dolor en el que naufragaba desde hacía días. La nostalgia, no, simplemente el dolor de una ruptura amorosa la mantenía lejos de su vida.
Había perdido su identidad, si es que una vez logro mantener una. Una risa sin chiste salió mientras los ojos se humedecieron lentamente. Debía volver para no preocupar a nadie, un lujo que no se podía dar.
Que bello fue entonces, de regreso a casa, cuando las imágenes de aquel día surgieron sin cesar. Lentas pero nítidas. Un dulce recordatorio de que la vida sigue aún después de perderse y regresar.
-Amaya-