Mitos, cuentos y leyendas Sudcalifornias: LEYENDA DE LA PIEDRA LARGA
En la hermosa Sierra de las Cacachilas, enclavada en el municipio de La Paz, Baja California Sur, existe una carretera o brecha ubicada al sur de la capital, la cual une al valle de Los Planes con la carretera principal; en dicha ruta podemos encontrar algunas rancherías como Los Divisaderos, Las Calabazas y Los Encinitos. Por estos caminos sudcalifornios también se localiza el rancho donde mora la familia López, por lo que al lugar se le llama Rancho Agua de los López; cerca de allí se halla una enigmática formación rocosa que sobresale del suelo a varios metros de altura, a esta roca se le conoce popularmente como “La Piedra Larga”.
Aunque no tiene nada de raro o sobrenatural encontrar una roca de ese tamaño y con forma curiosa en medio de la serranía, lo interesante de “La Piedra Larga” es la historia que se cuenta acerca de ella, ya que se dice que, en tiempos de los antiguos californios, el lugar funcionaba como un centro ceremonial para los Guaycuras, quienes se reunían allí para practicar sus rituales sagrados, y guiados por el hechicero o Guama, rendían culto a su dios llamado Guamongo.
Según lo señala el maestro Leonardo Reyes Silva en su libro Mitos, Leyendas y Tradiciones Sudcalifornianas: “Cuando llegaron los primeros españoles a la península encabezados por Fortún Jiménez, en 1533, los indígenas se refugiaron en lo alto de la sierra, seguramente en aquellos lugares donde con antelación los tenían previstos para esos casos. Y lo mismo sucedió con los subsecuentes arribos de las expediciones, entre ellas las de Hernán Cortés, Francisco de Ulloa y Sebastián Vizcaíno.
Es de creerse que el Guama aprovechaba las congregaciones alrededor de “La Piedra Larga, para hacer conjuros en contra de los invasores que en mala hora llegaron a entorpecer y en otros casos a destruir sus tradiciones y formas de vida. Allí, amparados por las sombras nocturnas, debieron haberle pedido a Guamongo que castigara a los hombres blancos con enfermedades hasta causarles la muerte. Tantas invocaciones sirvieron de algo, porque durante 165 años los grupos expedicionarios no lograron hacer huesos viejos en la península califórnica, largo tiempo durante el cual las tribus de los cochimíes, los guaycuras y los pericúes siguieron siendo dueños de su habitat, resguardando sus costumbres y creencias.
A partir de 1697, con el arribo de los sacerdotes jesuitas y con ellos un nuevo dios que hablaba de bondad y del bien, el ser omnipresente de los indígenas invocados por los hechiceros se sintió relegado, pero no tanto para que no continuaran con sus tenebrosos ritos en su honor. Incluso en pleno periodo de catequización, cuando las misiones florecían en toda la península, todavía los indígenas sostenían sus costumbres paganas, ya que de hecho era lo último a que podían aferrarse al ver que su mundo desaparecía por obra y gracia de los conquistadores”.
Esta leyenda ha pasado de generación en generación y de boca en boca por los habitantes de la zona, pero a pesar de que han transcurrido muchos años de estos rituales indígenas, los lugareños que viven cerca de “La Piedra Larga aún siguen contando sucesos extraños sobre el místico lugar; dicen que ciertos fines de semana, casualmente de luna llena y a media noche, han visto algunas figuras humanas danzando alrededor de “La Piedra Larga” como lo hacían los guaycuras, además, aseguran haber observado a personas originarias de ranchos muy lejanos a este sitio, como por ejemplo, de San Venancio, El Triunfo o San Antonio, al parecer, se trataba de gente involucrada en dichos rituales. Se dice que, misteriosamente, estas personas desaparecían de sus rancherías durante ese fin de semana y se hacían presentes en “La Piedra Larga”; nadie sabía el medio que utilizaban para trasladarse, ya que no llevaban caballo, carro o algún otro sistema de transporte, por lo que hace suponer a los rancheros locales la existencia de fuerzas poderosas e inexplicables.
También hay muchas otras historias de gente que afirma que ha visitado de noche “La Piedra Larga” y se ha encontrado con presencias y voces extrañas, misteriosas luces en el cielo, objetos voladores no identificados, murmullos tétricos o siluetas altas que recuerdan a los antiguos californios que ahí se reunían. Incluso se habla de la posibilidad de que el lugar sea un portal para viajar en el tiempo o una puerta a otra dimensión.
Los conocedores de la leyenda te recomiendan que, si deseas visitar “La Piedra Larga”, lo hagas durante el día para evitar llevarte sorpresas paranormales. Si quieres hacerlo de noche, será bajo tu propio riesgo…
FOTOS: Trinidad Manríquez